viernes, 28 de agosto de 2015

El secreto del éxito para este año

El secreto del éxito para este año

Una día me levanté de forma habitual y partí hacia mi turno de ventas como frecuentemente lo hacía los fines de semana.

Mi labor como asesor de ventas de propiedades era estupendo sin embargo este día en específico poseía algo diferente: estaba muy nubloso, cerca de estar lloviznando, las calles se encontraban desoladas por el frío y repentinamente mientras conducía mi coche especulé: "hoy no parece ser un gran día... ¿quién deseará salir de su hogar hoy para ir a ver un terreno?", "probablemente no conseguiré demasiado hoy", "debí permanecer en casa y descansar otro poco".

Estas ideas irrumpían mi mente y asfixiaban paulatinamente mi frenesí y mi atrevimiento. Efectivamente tenía pretensiones de regresarme.

Pero, en un momento imprevisto un pensamiento alterador pasó por mi mente y pensé: "¿Desde cuándo mis ventas están en manos  del clima?", "¿desde cuándo mis usuarios son cautivados simplemente por una 
estrategia comercial?", "¿de qué ciertamente depende mi éxito?".

Y para mi suerte, volví a recordar con respeto lo que cierto día estudié:
  • Que bienestar es mucho más que solo dinero.
  • Que el agricultor planta la semilla pero es Dios quien envía la lluvia y el crecimiento.
  • Que todo lo bueno comienza de la mano de Dios.
  • Que libremente de cuánto yo persevere, poseeré mejores resultados si busco su bendición.
  • Que éxito es reconocer que soy tan solo una pequeña parte en la Eternidad de Dios
Y en aquel momento, mientras prolongaba mi camino, di gracias a mi creador por recordármelo y entonces especulé "éste será un maravilloso día", "voy a vender porque mi éxito no depende del clima o las condiciones", "mis negocios son buenos porque Dios vive conmigo" y solicité a Él que glorificara este día y mi trabajo.

¿Sabes qué sucedió? Lógico. Realicé un par de buenas ventas aquel día. Interiormente, recordaba con admiración lo que en la soledad de mi vehículo había pasado y recapacité para mis adentros:


Jamás debo olvidar que el más grande secreto del éxito es encomendar mis negocios, mi trabajo y mis caminos a Dios.

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